jueves, 31 de julio de 2014

Unidad, camino seguro para triunfar.

“Es preciso rescatar para el presente y para el futuro la vigencia viva del pensamiento político de don Simón Bolívar. En su filosofía y en su doctrina existe amplio espectro para encontrar solución a los problemas diarios epidémicos y endémicos de estos países hispanoamericanos. Quienes después de su parábola vital  engañaron a los pueblo escamoteando la verdadera doctrina bolivariana para sembrar exótica planta constitucional en nuestras naciones, son culpables de la suerte desgraciada de estos países americanos” (Bolívar Vive. Velasco, 1984)

Y es precisamente rescatando el pensamiento del libertador, que hay que rescatar un principio fundamental de éste, que es la Unidad, esa bella palabra que en la política tiene que retomar vigencia pura, tiene que constituir principio y bandera de la lucha y la reivindicación de las masas pobres de américa latina. La unidad, defendida con principios, puede construir los caminos para el cambio en las masas, puede llegar a hacernos fuertes para derrotar las fuerzas malignas que controlan el poder de nuestro continente. Desconocer este principio básico para el mundo moderno es contradecir la lucha misma por un sistema justo e incluyente, es igual a no hacer nada, y solo los enemigos de la paz le apuestan a la fragmentación para ver derrotado al pueblo.

Y es que somos hijos de un pasado fragmentado, de una oligarquía que ha logrado separarnos como hermanos y hermanas, como compatriotas que vivimos sumergidos en el sistema impuesto por ellos, pero también es tarea de nosotros luchar para que ese principio tenga validez y no se corrompa ni se pierda en el camino de la revolución. Bolívar sabía que la unidad es la fuerza para vencer en la lucha contra el opresor, y que así como ellos se unen para derrotar los intereses de las mayorías, si nosotros nos unimos podemos vencer al opresor y de forma definitiva.

Todo inicia desde nuestra propia colectividad, de cómo muchas veces nos engañan intereses individuales en vez de propender por lo colectivo, de cómo frente a los problemas y discusiones preferimos alejarnos, pero no somos capaces de dar las discusiones dentro de la colectividad, para llegar a conclusiones que de seguro servirán más que la fragmentación. Somos tan tercos frente a las diferencias, somos tan débiles frente a los problemas, y no asumimos las discusiones para solventarlas, que preferimos alejarnos y fragmentar la colectividad. Es que lo que nos une, más que lo ideológico, es simplemente nuestro origen y nuestras metas, “somos los de abajo y vamos por los de arriba” dice una canción, y en ese sentido tenemos que ser los de abajo unidos contra los de arriba, porque nuestra lucha no puede ser entre nosotros mismos, porque perderíamos por completo nuestra senda hacia el cambio y la transformación.

Pero la unidad no es simplemente generar colectividades aparte, dispersas unas de otras, sino va más allá. Tenemos que ser capaces de construir desde nuestras diferencias, y no apostarle a un sectarismo burgués que para lo único que sirve es para debilitarnos. Ante todo la unidad compañeros, porque eso nos convertirá en vencedores. Pero tampoco una unidad sin bases, una unidad desorgánica, todo lo contrario, nuestra muestra de unidad es de procesos organizados, críticos y propositivos, con un fin claro y preciso, y con unas consignas comunes y constructivas.

Hago un llamado a la unidad del pueblo colombiano, latinoamericano, porque como lo creía el che, martí, bolívar, camilo torres, y muchos otros, nuestra patria tiene que ser el continente, y la unidad tiene que nacer desde esté para combatir al imperialismo que nos llega de afuera para jodernos a todos por igual. La patria grande no es utopía, sino que se construye día a día, fortaleciéndonos desde nuestro entorno. Comprendamos que la solidaridad entre los pueblos es el gesto más hermoso que se puede generar en nosotros como sujetos. La lucha no es solo de un territorio, sino de una clase oprimida frente al montaje capitalista que han impuesto las clases dominantes.

Construyamos desde las bases, sembremos semillas de unidad, de fraternidad, comprendámonos como semejantes, contribuyamos a que cesen los partidos y que la unión nos acoja como hermanos.

“General, vuestra patria no ha muerto mientras exista vuestra espada; con ella volveréis a rescatarla del dominio de los opresores” le dice Camilo Torres Tenorio al libertador en el congreso granadino después de encontrarse derrotado. Y es deber de nosotros empuñar su espada bajo la consigna de la unidad.

Oscar Carvajal.

Grito Histórico